BC3. Basque centre for climate change – Klima aldaketa ikergai

Bilbao. María Josep Picó es una periodista especializada en medio ambiente y ciencia que ayer intervino en 2011 Klimagune Conferences: Visiones multidisciplinares sobre el cambio climático, una conferencia organizada por BC3 que también contó con la presencia de Cristina García Orcoyen, directora de la Fundación Entorno, que aportó el punto de vista de las empresas que trabajan por el desarrollo sostenible. María Josep Picó reconoce que la información sobre cambio climático y cuestiones medioambientales debe competir en los medios con temas más "espectaculares" y lamenta que el discurso científico quede tapado por el de los políticos.

Usted sostiene que las noticias sobre medio ambiente tienen difícil hacerse un hueco entre temas más llamativos.

Para empezar las noticias de ciencia y de medio ambiente son errantes en los diferentes medios y una de las cosas que planteo es que debemos ganar la batalla de la sostenibilidad también en las secciones de Economía. Las noticias de medio ambiente no son banales, no estamos hablando sólo de biodiversidad, de las ballenas... eso es importante, pero hay más: el Informe Stern advirtió de que si no invertimos un 5% del PIB mundial en medio ambiente las pérdidas causadas por el cambio climático serán de un 20%, esa es una noticia de gran incidencia económica.

¿La sociedad está concienciada frente al cambio climático?

La población sabe que hay una advertencia, pero todavía no hemos llegado al nivel de actitud, que supone voy a cambiar porque eso genera beneficio global. Ahora la preocupación por el cambio climático se da a nivel cognitivo, pero nos falta la actuación. Las encuestas de la Fundación Española de Ciencia y Tecnología dicen que la gente percibe el cambio climático como un problema global, el 95% lo pone en cabeza de los problemas globales, pero cuando desciendes a lo local ya no figura y al preguntar por las medidas que deberían tomarse la mayoría de los encuestados dice que lo resuelvan los gobiernos. Sólo un 3% está dispuesto a reducir su consumo energético.

La medida de reducir la velocidad para ahorrar combustible podría haber dado pie a un debate medioambiental, sin embargo en los medios ha prevalecido la polémica política.

Sí, de hecho al final solo se hablaba de la batalla política. Además, acabamos de vivir el episodio del anticiclón en Madrid y sabemos que los coches no solo emiten CO2, también partículas que van a nuestros pulmones, corazón y cerebro, es una contaminación que nos está recortando la esperanza de vida. Era una buena oportunidad para que todos nos aliáramos en ese discurso.

¿Tenía que haber primado la versión científica?

Yo suelo explicar que cuando hay un acuerdo científico sobre avances en la curación del cáncer o el alzheimer no sale ningún político que diga que eso no es verdad y que no debemos hacer caso. Pero cuando se trata del cambio climático sí. Hay unos políticos que son adalides del negacionismo y que actúan con una irresponsabilidad absoluta. Cuando hay tres mil científicos que están de acuerdo y que advierten de las consecuencias del cambio climático, ¿quiénes son ustedes para decir lo contrario? El político no puede servirse de las cuestiones medioambientales de forma tan superficial.

En algunos países se da una vinculación muy estrecha entre ideología política y visión medioambiental, ¿aquí también?

Sí se da, en el PP, por ejemplo, tenemos a Aznar o a Rajoy, que puso en duda el cambio climático ante empresarios porque le convenía. La política ha hecho mucho daño a los temas de medio ambiente. Y también a la investigación en estos temas y es curioso, porque a los estudios de Astronomía o de Física no les ponen ningún problema.

¿El periodismo medioambiental es una especie de apostolado?

A veces dudo de que el periodismo medioambiental exista porque está en unas circunstancias bastante precarias. Precisamente he enfocado mi intervención en la sociedad del espectáculo porque ahora mismo es difícil transmitir valores ambientales con rigor, incluso con una cierta alegría o un tono lúdico si no caes en la espectacularidad a la que los medios nos tienen acostumbrados. Los medios y los propios periodistas somos los primeros que buscamos grandes titulares. Por eso y por la baja especialización no transmitimos a la sociedad cuestiones fundamentales para su calidad de vida y tratamos los temas medioambientales casi anecdóticamente o como algo apocalíptico.

¿En los temas de medio ambiente funcionan los lobbies?

Vivimos la esquizofrenia de que nuestra economía necesita que se vendan coches aunque sabemos que eso no es sostenible. Claro que existen lobbies, por ejemplo, el de los científicos, que saben mucho pero no tienen dinero y no aparecen en los medios; el lobby ecologista, aparece mucho en los medios y es muy activo, pero tampoco tiene dinero; y por último el lobby de la industria, que se presenta como la voz del progreso y es el que tiene poder.